Historia de Jun

ÉPOCA ROMANA

Francisco Bermúdez de Pedraza, historiador granadino del siglo XVI, al estudiar la de Granada, en la Historia Eclesiástica de Granada, busca los primitivos asentamientos íberos en estas tierras, repasa al igual que muchos otros historiadores los pormenores, vestigios, huellas y datos de que hasta entonces se disponía.
Abunda en la idea extendida que distingue dos asentamientos íberos primitivos diferentes. En esto coinciden todos: Florián de Ocampo, Aven Habuz, Aben Rafis, Juan de
 Moya, Francisco Anania, Antonio de Lebrija, Lucio Marineo, Ambrosio de Morales y un largo etcétera están de acuerdo en la existencia primero de una primitiva ciudad Íbera, llama ILÍPULA, cuya localización exacta se desconoce, y otra ciudad posterior, llamada ILÍBERRI o ILÍBERIS, situada, ya sin dudas razonables en lo que actualmente es la parte alta del ALBAICÍN.
Estas bases son en verdad incuestionables: hubo dos asentamientos que coexistieron durante largo tiempo.
Parece en la actualidad claro que esta última ciudad ILÍBERRI se llama así porque su nombre se forma por la conjunción de dos palabras o raíces íberas: ILI, que significa ciudad, tanto en griego como en la lengua íbera, y BERRI, que significa nueva, es decir ciudad nueva. Es obvio que si hay una ciudad nueva lo es porque hubo otra que era vieja, la anterior. Esta otra ciudad anterior era ILÍPULA; utilizando los mismos argumentos y conceptos antes empleados esta palabra podría -es mi razonamiento- estar formada por dos raíces: ILI o sea ciudad, y PULA, esta última palabra significa en eusquera actual, bonita, la florida... recreando una vieja idea, los fenicios cuando ayudan a los íberos  a construir la nueva c iudad -Iliberia-, construyen un torreón al que dan nombre de la ciudad, la única ciudad que tienen al lado, de la ciudad que   están mejorando, de la ciudad, la única ciudad que hay en esas tierras, y lo llaman HEZNA ROMAN, o sea castillo granado, traduciendo al árabe el florido íbero por el granado árabe No se sabe cuándo a esa ciudad   nueva ILÍBERIS FLORENTINA se la empieza a llamar ILÍBERIS  GRANATENSIS.
Pues bien, dan los autores como posible localización del lugar donde estuvo situada la primitiva ciudad de ILÍPULA  el lugar que ocupan las actuales PULIANAS muy cerca de Granada. Y no es  cosa desacertada a mi parecer, pues la referencia nominal es más que aproximada, y además en sus alrededores se encontraron grandes piedras con numerosas inscripciones de la época romana, referentes a dicha ciudad de ILÍPULA. Es lógico pensar que no hay más razón que justifique el transporte sin sentido o sin destino de estas piedras pesadas de uno a otro lugar. El valor de la lápida y de la piedra está en la utilización de ellas para construir o en su estudio para investigar. En buena lógica, la piedra permanece en el lugar donde se utilizó y allí se vuelve a reutilizar. Es un elemento natural abundante y no merece la pena el esfuerzo de su traslado tan sólo para construir.
Pues bien, centrándonos en esta parte de la historia granadina que nos interesa, es decir a esta ciudad primera, ILÍPULA, existe un hallazgo que es básico para fundamentar la tesis de los orígenes del actual pueblo de Jun. Efectivamente, existe una piedra o lápida que se alzó y donde se recogieron en inscripciones romanas el recuerdo o alabanza de unas fiestas que el Cabildo de la Ciudad de ILÍPULA organizó con motivo del traslado de la villa de PELIGROS a otro emplazamiento.
Esta lápida dice así:
MUTATIONE OPPIDI. PELIGNOR. COPIT. LUD.ET EPVLV.
VICINEIS. MVNICIPES. ET IN COLAE. PAGI. IUNDENI.
CHALICRA TI. ET TEIUTERI. ET PAGI. SUBURBANI. D.
SPLENDIDISS. ORDINIS/
ILLIPVLENSIV. F. INCOL.V. ET MVLIER. INTRA. MUROS.
HABITAN. PRAESTAN. SING. F.CF. I.
Su traducción al castellano:
Los naturales moradores recién venidos del pago de IUNDENIO, de CALICATRO y de TEIUTERO, juntos con los del pago de los arrabales, hicieron juegos y banquetes a sus vecinos en el día de la fiesta llamada de los Compitales, porque así lo determinó el Ilustrísimo Cabildo de la ciudad de ILÍPULA cuando se mudó a otro lugar la villa de los PELIGROS.
Todos los moradores dentro de los muros, hombres y mujeres contribuyeron para el gasto con un Siclo.
Esta piedra, dice Bermúdez de Pedraza, es singular porque señala los lugares de IUN, CALICASAS y PELIGROS, que se encuentran en el círculo de la ciudad de Granada y además declara que cerca de ella fue el sitio de ILÍPULA.
Esta piedra, pues, es clave para la localización de varios pueblos de la vega granadina, JUN, CALICASAS y PELIGROS, y el lugar hoy conocido por TEJUTOS, cerca del pueblo de GÜEVEJAR.
Igualmente es clave para la localización en el tiempo de estos lugares. EXISTÍAN EN ÉPOCA ROMANA.
Teniendo en cuenta que ILÍPULA debió decrecer durante el siglo I antes de Cristo, esta lápida es anterior a esa fecha evidentemente, y los lugares a que hace referencia y que estoy estudiando son en consecuencia anteriores a la postergación de ILÍPULA. Durante la dominación romana en el siglo I antes de Cristo, todas las ciudades tomaron partido en la confrontación de POMEYO con JULIO CÉSAR, unas por uno, otras por otro.
Ciertamente, ILÍPULA tomó partido por POMPEYO, mientras que la vecina ILÍBERIS lo hizo por CÉSAR. Ya sabemos que el resultado de aquella pugna fue la victoria de JULIO CÉSAR y la muerte de POMPEYO. Su consecuencia fue la postergación de las ciudades partidarias de este último. ILÍPULA fue postergada e ILÍBERIS potenciada, la actual Granada.
Era ILÍPULA ciudad bien formada, de eso no hay duda. Obsérvese cómo en esta piedra se habla de fiestas organizadas por hombres y mujeres dentro de los muros.
La situación de ILÍPULA parece clara por la proximidad de sus vecinos, JUN, CALICASAS, TEJUTOS, y PELIGROS. Esta ciudad había de estar en la parte alta de la vega, en las faldas de la Sierra de Alfacar, precisamente en esto lugares, donde están hoy situados estos pueblos.
Estos lugares cuyos habitantes, vecinos de la ciudad son convocados a fiestas, no eran arrabales de la ciudad, también a estos se les convocan, pero se distinguen los vecinos de los arrabales y los vecinos del pago de IUNDENIO del de CALICATRO y del de TEIUTERO.
Estos pagos en la época romana eran lugares y aldeas organizados administrativamente, con sus respectivos municipios. Es curioso cómo aún hoy, cercano el siglo XXI, aún se conservan estas denominaciones: los pagos...
Fijando ya nuestro estudio en JUN -igual se podría hacer sin esfuerzo, porqué no, con Peligros y Calicasas- recibía ya el nombre que hoy conserva IUNDENIA o IUNDENIO , masculino referido al pago, femenino referido a la población y a sus vecinos moradores del pago de Iundenio.
VESTIGIOS ACTUALES

Por lo que al actual JUN se refiere, a poco que se observe en derribos actuales, apreciaremos cómo en los pasados siglos utilizaron como materiales de construcción los sillares de piedra claramente romanos, sillares de piedra, que es raro la casa antigua que se derriba o reforma en Jun que no aparezcan, tengo numerosísimas muestras de lo que digo, sin sillares de piedra romanos o fenicios, perfectamente cortados, sin labrar, por tanto empleados para fortificación o muros de templos y lugares públicos. Esta práctica de utilizar los restos de materiales anteriores es frecuente desde siempre, precisamente la historia se va estudiando y comprendiendo con estos vestigios de épocas pasadas; estos materiales nos datan los lugares.
Estos restos de sillares de piedra utilizados durante siglos una y otra vez en la construcción de casas, vallas, etc. en Jun son vestigios preciosos del pasado de este pueblo, que certifican con pocas dudas razonables que este pueblo ha ocupado el solar del antiguo pago de IUNDENIO, y hasta conserva su nombre, además de sus piedras y sillares.
ÉPOCA VISIGODA
En el Concilio de Elvira, firmó un tal Restituto, que era presbítero de Ilípula; como dicho concilio se celebró a principios del siglo IV de nuestra era, ese dato demuestra que todavía funcionaba como asentamiento la ciudad de Ilípula, o lo que quedaba de ella. Después estos lugares, Ilípula, Iundenia, Peligros, Tejutos, Calicasas, fueron absorbidos por los nuevos pobladores, que aprovecharon los antiguos asentamientos humanos.

ÉPOCA MAHOMETANA

Todos estos lugares fueron ocupados por los árabes.
En el siglo XIX se descubren en la Biblioteca Colomina de Sevilla los manuscritos de Francisco Hernández de Jorquera (1594-1646). En 1934 el catedrático de Paleografía, don Antonio Marín Ocete, hijo predilecto de Jun, los editó por primera vez.
Para Jorquera estos pueblos a los que cito eran mahometanos. "No lejos de Maracena y Peligros, más al Norte entre grandes arboledas que baña el río GELIMAR -actual Juncaril- de fértil terreno de famosos heredades donde se coge el mejor vino la vega, están los lugares de las Pulianas y Pulianillas que los divide el río.
Y así mismo JUN y DIALFATE, éste destruido cuando el alzamiento de los moriscos -sus haciendas se agregaron a las Pulianas. Hay 200 vecinos en una parroquia que vive en Pulianas la grande -una ermita- . Se gobierna por alcaldes ordinarios, regidores airales, y alcalde de la hermandad, divididos en 3 jurisdicciones a la gobernación de Granada y su corregidor. Su fundación es de mahometanos, no constando otra cosa."
En Jun todavía se conserva una casa árabe del siglo XV, sita en la calle del Rincón, muy reformada en los siglos XIX y XX, pero que conserva intactos su aljibe árabe, su arco nazarí y toda la estructura árabe

ÉPOCA CRISTIANA

Esta última época comienza el 30 de marzo de 1572, esa fue la fecha en que se inició el APEO Condiciones, Repartimiento de Suertes y escritura a favor del Consejo, vecinos y pobladores del lugar de Jun de la vega, jurisdicción de Granada. Acabada la rebelión de los moriscos por don Juan de Austria, desterrados que fueron todos los pobladores árabes del reino de Granada, a otras regiones apartadas de España, era necesario repoblar aquellas poblaciones de las Alpujarras y vega de Granada. El autor de esta narración posee el privilegio de tener entre sus manos, heredado de su madre, una certificación de dicho APEO, expedida el 21 de agosto de 1766, por don Pedro Osorio Barlona y Marín, vecino veinticuatro de Granada, familiar del Santo Oficio y Contador perpetuo por su Majestad de la Real Hacienda de la Población de este Reino. Es decir, tenemos, certificada, la repoblación cristiana de Jun.
Se inicia el apeo y repartimiento de suertes con un pregón en la plaza de Bibarrambla, avisando a todos los cristianos viejos que tuvieran hacienda en Jun de la vega y su término, que el Juez de Comisión iba a proceder a deslindar, amojonar y tomar posesión en nombre S. M. De las haciendas de los Moriscos. Acompañado el Juez de dos conocedores del término, lo apea y amojona. A continuación, se divide todo el término en fincas, formándose suertes y lotes de similares características, riego, viñas, olivares, tierra calma y se procede al repartimiento entre los nuevos pobladores, conservando los cristianos viejos sus tierras y haciendas. No es éste el lugar adecuado para recoger este repartimiento de tierras, quede constancia cuando se hizo. Sí vamos a contar quienes fueron los primeros pobladores de Jun cristiano. Los que obtuvieron el repartimiento de suertes. Benito Ximénez y Diego Rodríguez, Juan Ruiz Caballero, Lucas de Habas, Juan de Trias, Diego Carrillo, Bartolomé Marraco, Diego Ernández.
 
 
 
Fuente: Javier García Valdecasas de la Cruz

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